Al que sólo es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Oscar Wilde

19/07/2018

¿Alguna vez echaste un vistazo a Guerra y Paz o Moby-Dick, o cualquier otro clásico literario masivo, y pensaste: “No puedo leer este libro, es demasiado difícil”. Bueno, el canon literario occidental ciertamente incluye algunos famosos tomos impenetrables. Pero, la mayoría de las veces, los libros son difíciles de leer porque los lectores no saben cómo leerlos.
Para aprovechar al máximo un libro, debes trabajar como lector. Aquí te dejo 5 consejos que desde mi punto de vista son cruciales para una lectura realmente constructiva:
Primero, abandona cualquier jerga académica inútil. El hecho de que un profesor te haya enseñado alguna vez a leer a través de una visión teórica particular, ya sea marxismo, capitalismo, feminismo o poscolonial, no significa que tengas que leer condicionado por esos sesgos. La teoría a menudo oscurece más de lo que ilumina.
Segundo, lee por ti mismo. Demasiadas personas usan la lectura como un medio de armarse para la guerra cultural o intelectual. No consignes libros en tu propio ejército ideológico y no los utilices para impulsar tus creencias personales sobre las de los demás. Utilízalos para mejorarte a tí mismo.
Este segundo principio encaja muy bien con el tercero: no consideres la lectura como egoísta.
Leer es una actividad agradable y gratificante; expande horizontes personales y revela nuevas perspectivas internas. Debido a esto, las personas a menudo consideran la lectura como una indulgencia, una actividad de ocio egoísta o simplemente un “entretenimiento”. Pero esta es una visión estrecha. Necesitamos lectores, porque son ellos, los académicos y los que buscan su propio yo, quienes aportarán una nueva percepción del mundo que les rodea e iluminará a los demás.

“Erotismo y poesía: el primero es una metáfora de la sexualidad, la segunda una erotización del lenguaje”Octavio Paz.

En cuarto lugar, un lector debe ser un inventor. Al leer bien, desarrollarás suficiente autoconfianza para formar opiniones firmes, y esto te permitirá inventar tu propio sistema de pensamiento. ¿Has elegido a Don Quijote, y no a la Biblia, como la piedra angular de tu cosmovisión? ¡Más poder para ti!.
Finalmente, un buen lector es sensible a la ironía. La ironía -cuando una persona dice una cosa pero quiere decir otra- es esencialmente un subtipo de metáfora literaria, y captarla es crucial para comprender la intención de escritores como Shakespeare o Emily Dickinson, que la emplean de manera sorprendente y espectacular.
Yo he de reconocer que a este respecto aún me queda mucho que aprender pues una de mis “taras” mentales (que ya he nombrado en alguna ocasión) hace que la ironía me sea compleja de captar. En especial cuando es formulada verbalmente, lo que la lectura es un gran aliado en esta práctica y específica cruzada que mi condición me niega.

“La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo”Joseph Addison.

Con estos cinco principios en mente, vamos a explorar por qué uno debería leer.

Las razones para leer son muchas, pero lo más importante es que enriquecerá tu vida.
¿Por qué la gente lee libros de cocina o libros de auto-ayuda o libros sobre mineralogía? Preguntas tontas, ¿verdad? El tema de cada libro hace que el razonamiento sea evidente por sí mismo: para mejorar la cocina, para superarse, y para aprender sobre minerales.

Pero, ¿y la literatura? ¿Por qué la gente lee a Herman Melville o William Faulkner; o quizás sin irnos tan lejos a Asimov o Cornwell? Bueno, en la tierra de lo literario, no hay una respuesta inequívoca. Las razones son muchas, y la mayoría de ellas tienen que ver con el enriquecimiento personal.
Por ejemplo, leer te permite vivir múltiples vidas. Al ocupar la posición del protagonista, ya sea Ishmael, el narrador de Moby-Dick de Melville, enfrentándose en alta mar a la ballena blanca; o, Uhtred of Bebbanburg en su cruzada contra los pueblos Vikingos que se asentaron en tierra Sajona después de que se marcharan los Romanos, puede ampliar tu sentido del mundo y lo que significa vivir en él.
Leer literatura también proporciona conocimiento, aunque a menudo no es el tipo de conocimiento concreto que ofrece la no-ficción. Por el contrario, aprendes sobre la otredad: cómo otras personas sienten, piensan y navegan en el terreno de la vida a menudo difícil.

“Uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído”. Jorge Luis Borges.

Este punto creo que es esencial para tener opinión propia.
Por ejemplo, al leer El hombre invisible de Ralph Ellison, aprendes lo que es buscar significado en un mundo definido por el racismo sistémico, una lección que inevitablemente expandirá tu sentido de lo que es ser humano.

Esto es lo que la lectura debería hacer: crear un puente entre tu experiencia y las diversas experiencias de otros humanos.

De no hacer esto, vivirás en un mundo que se reduce al estrecho hueco que queda al final de un tubo que es tu visión, encajonada, sujeta a los patrones y estereotipos de tu familia, copiando opiniones porque son las que has oído en casa, a profesores, amigos…; sin tener recursos para trascender esas supuestas convicciones que creías eran las correctas tan sólo por no tener miras más anchas.
Otra razón para leer es el placer, y específicamente ese placer elusivo conocido como lo sublime. La mayoría de las personas solo lo experimentan cuando se enamoran, pero también se puede encontrar en los libros. Es esa emoción eufórica y trascendente que inunda a uno cuando lo espiritual y lo físico parecen fusionarse, y el mundo mismo parece una creación estéticamente prístina.

“Ante ciertos libros, uno se pregunta: ¿quién los leerá? Y ante ciertas personas uno se pregunta: ¿qué leerán? Y al fin, libros y personas se encuentran”. André Gide.

Llevo unos 35 años leyendo así que no son muchos todavía, mucho me queda por leer y espero cambiar mi opinión sobre las cosas muchas más veces en mi vida.
Conozco a muchas personas estrechas de miras, con ideas sesgadas, opiniones enjauladas, con vidas apáticas y que sufren de opiniones impuestas por sus padres, familiares, amigos o profesores. Un círculo de influencia demasiado pequeño para que puedan trascender esas ideas y crecer intelectualmente y posicionarse en la vida como ser individual. La lectura te ayudará a romper con todo eso que se supone impuesto por nuestra cultura, religión, sociedad, formas de pensar y un largo etcétera.
¿Cómo uno puede pensar en el sistema tributario sin conocer la posición histórica de la todopoderosa Roma en el mundo. Pero cómo podría opinar diferente si no conoce la forma de organización de otras culturas o sociedades? No es lo mismo leer Africanus que Azteca o The last kingdom, pero los tres nos enseñan además de historia, a comprender tres tipos de organizaciones sociales diferentes.
¿Cómo uno habla de Democracia sino ha leído a los clásicos Griegos. Pero cómo lo va a hacer si tampoco ha leído sobre el Gobierno Representativo impuesto por los Reyes Franceses en Europa?.
Toda esta gente no son más que títeres con opiniones que pueden contarse con los dedos de una mano. No han creado su propio punto de vista sobre las cosas, su cosmovisión es nula; y sus opiniones no aportan nada.

Este tipo de gente es la que diría:
“¿El hombre invisible?, pero si eso es un libro de super héroes, ¿no?”.

Se referirán, entiendo, a la novela de H.G. Wells del mismo nombre, El hombre invisible que, como cabía esperar, tampoco es una novela de super héroes, pero la imprecision de la ignorancia no tiene límites.
Sin embargo aquellos que no leen dejan una suave marca de agua, “invisible” en muchos casos, como herencia a la humanidad.

“Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve”Oscar Wilde.

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