04/04/2018
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En esta nueva sección, cedemos el merecido protagonismo a las criptomonedas como el Bitcoin y los proyectos entorno a esta nueva tecnología. Puro exotismo fintech, tan atractivo como complejo.
Se habla de Bitcoin o, del conjunto de las criptomonedas, de forma intermitente en los medios no especializados. Pero cuando se habla suele ser de forma espectacular. Por otro lado, diferentes medios, ya enfocados a los mercados, suelen informar de forma menos alarmante y con mayor constancia. Se entiende así, que han logrado llegar a cohabitar con los valores, ahora ya más tradicionales. Dentro del sector se siente que la cosa no va a ser efímera. Es probable que nos estemos refiriendo a un salto en la tecnología financiera importante. Algunos hace tiempo que lo ven comparable a la llegada de internet hace ya más de dos décadas…
Ante semejante boom, parecen todo invitaciones a entrar de lleno y tirarse a la piscina. Estas nuevas oportunidades de inversión, se presentan en los medios cuando ocasionalmente tienen subidas vertiginosas en poco tiempo. Pero, ¿entendemos lo que está ocurriendo?
Sucede a menudo que, durante la implantación de una nueva tecnología, el argot utilizado no es fácil de captar. Se suele instaurar un nuevo léxico, repleto de neologismos, para describir correctamente la tecnología y su colección de ventajas. Esto es muy común durante procesos de prototipado. El vocabulario técnico sirve para mejorar el entendimiento en los procesos tecnológicos, sobretodo entre los especialistas. Pero el hecho de usarlo, no siempre es eficaz para ayudar a comprender mejor la novedad o el funcionamiento. Abunda este contratiempo, sobre todo, cuando son los más profanos en la tecnología, los que abusan de esta práctica. Quizás la intención no es mala, pero en ocasiones se hace para ganar credibilidad en las publicaciones o discursos. Y al final, esto puede acabar por despistar un poco al usuario final, o al interesado en el producto.
Si la intención, como inversor curioso, es empezar a medir el riesgo que acompaña a toda novedad, lo mejor es no perderse o frustrarse durante las primeras acometidas del proceso de aprendizaje. Para ello, apuntemos con nuestra mirada, desde donde lo hace un halcón en busca de oportunidades.
A medida que se desarrolla una sociedad que como la nuestra, está basada en la información, se recrudece la competencia entre las nuevas tendencias. Todas ellas aspiran de forma feroz, a convertirse en la tecnología del futuro.
Muchas de las tendencias, con sus ideas, con sus “start ups” empujando su desarrollo… etc. vienen acompañadas de cierta ansiedad por ser proclamadas “la próxima revolución”. Lo cual hace que, pasar a la Historia, generando un hito con suficiente estruendo, se vuelva terriblemente mucho más complicado. Al fin y al cabo, ¿a quien no le gustaría inventar un producto que acabe catalogado como cambio de paradigma?
Durante este proceso, cuando una mejora tecnológica viene con la intención de quedarse, lo hace superando varias fases. Esta secuencia de fases tan habitual, son las que determinan la relación que la propia tecnología, y la sociedad que debe hacer uso de ella, establecen entre sí.
Como ejemplo, la criptomoneda Bitcoin, se puso a dar gatas allá por el 2009. Lo mas natural, es que una amplia parte de la sociedad no estuviese al corriente de ello. Por eso, se le podría atribuir a este intervalo de dos primeros años la calidad de fase experimental o fase de prototipo.
En los consiguientes tres años a esta primera fase, tuvimos la oportunidad de saborear lo que en los foros comentábamos como fase de denegación. La sociedad no preparada aun para lidiar con esta nueva propuesta, atribuía a la criptomoneda propiedades misteriosas o maléficas. Este es un comportamiento común, se trata de un simple rechazo a aquello que no se entiende.
El linchamiento por parte de los medios de información y la competencia directa, como la banca o por ejemplo, MoneyGram, ha sido habitual antes de claudicar. Se trataba de encasillar a las criptomonedas como las nuevas herramientas para delinquir. Comprar drogas en la famosa SilkRoad, compra de armamento en el mercado negro o en la deepweeb, pagar sicarios etc.
A nuestra sociedad, le están haciendo falta más de cinco años, para empezar a entender que, tanto los mercados de armas, como los de drogas y otras actividades relacionadas con la delincuencia, ya estaban establecidos de mucho antes. Los actores principales en estos grupos de actividades fuera de la ley, utilizaban el “cash”, dinero en metálico, como herramienta para llevar a cabo. De hecho este dinero en metálico, creado y emitido por los bancos centrales, al módico precio de aumentar la inflación y crear deuda en los estados, era la herramienta favorita para cualquier actividad sospechosa previo uso de las criptomonedas. Es más, es bastante probable, que lo siga siendo.
En toda la historia, desde que la delincuencia se viene definiendo como tal y por tanto combatiéndose, no había pasado nada similar. Y esto es porqué nadie, lógicamente, ha pedido que se aboliera el uso del dinero. ¿Que ha podido ocurrir para que de repente se apunte hacia la herramienta de pago como la responsable de las actividades criminales? Se lo estarán imaginando, lo decíamos anteriormente, la competencia se recrudece.
Quizás a algunos de ustedes, la primera etapa les ha recordado a esas batallas de patentes protagonizadas por Apple y Samsung. Esas guerras con las que los gigantes tecnológicos intentan frenar la entrada de cualquier adversario en un mercado altamente polarizado. Pero la evolución no se detiene ante dinosaurios, ni retrasa lo inevitable.
Mientras la sociedad alcanza la seguridad absoluta en que el delito no es la herramienta sino el mal uso de ella, otra etapa llama a la puerta. En esta próxima fase se dará la auténtica coadaptación entre la tecnología y la sociedad.
Una vez ubicados en la linea de tiempo, tomemos como referencia resultados de inversión en tecnologías como internet. Situemos ese momento en el que existía el email, pero no era aún la forma habitual para comunicarse oficialmente. Las criptomonedas como el Bitcoin, están justamente pasando por ese punto. Puede que resulte difícil evitar hacer una regla de tres lineal. Incluso hacerse el remolón ante los cantos de sirena del Bitcoin. Más aún, tras subidas en el precio como la protagonizada por el propio Bitcoin (BTC). El espectacular rally generado por el Bitcoin, en el periodo de los dos últimos años, no fue apto para cardiacos.
Prueba de que hay que mirar las cosas con perspectiva, es su caída en picado un 50% en tan solo unos días. Pero también es cierto que, si acabas de descubrir ahora este mundillo, asegúrate de asumir unas pocas premisas para prepararte de cara a lo que venga:
Para ser un poco mas precisos, Bitcoin, no es la tecnología en sí. Bitcoin sólo es la parte que se acaba de volver noticiable de un tremendo iceberg. Su posible magnitud resulta, en estos momentos, improbable de predecir no sólo con precisión sino tampoco de forma aproximada.
De tener un nombre este iceberg, lo llamaríamos blockchain, o cadena de bloques. Esta cadena de bloques, es la mejora tecnológica que esta creando todo el revuelo. Es el salto tecnológico tan prometedor en área de las finanzas. El blockchain que sustenta el Bitcoin, es la nueva tecno-magia del siglo 21. De hecho, la culpa de que se hable tanto de Bitcoin, no ha sido sólo del Bitcoin. El blockchain, como sistema abierto, ha permitido que se generen miles de otras monedas. Esto ha generado un ecosistema de proyectos financieros apoyados en el replicado y la mutación de conceptos en los que se basa Bitcoin.
Asegúrate de no quedarte atrás. Empieza a seguir de cerca la evolución de los acontecimientos sobre nuevos servicios y tecnologías derivadas de Bitcoin.
Para ello, desde zonavalue vamos a proponer una serie de artículos que ayuden a entender y a enfocar este nuevo ecosistema de una forma fácil y comprensiva. Explicaremos sus partes para comprender mejor las claves de la tecnología con mayor volatilidad del momento. Abordaremos conceptos técnicos, proyectos de especial interés y tendencias surgidas alrededor de este nuevo paisaje fintech. Aprovecha esta oportunidad para seguir aprendiendo sobre los mercados que vienen.