09/05/2019
A las 5 de la mañana en Omaha, Nebraska, es de noche. Si, me he levantado pronto, a las 4.30. Debo correr para ponerme en la cola y entrar con garantías de encontrar sitio en la reunión con inversores de Berkshire Hathaway. Han sido muchas horas de vuelo para llegar aquí Valencia-Paris, Paris- Minneapolis, Minneapolis -Omaha. Estoy cansado. Pero no todo es malo. En realidad el madrugón no me ha pesado, pues el Jet lag me hace estar levantado a las 4.00 de la mañana. Bendito Jet lag.
Salgo del hotel caminando, se que no hay taxis ni Ubers a esta hora, no porque no haya nadie por la calle, de hecho la ciudad está ya levantándose para el evento, sino porque están ocupados. He tenido suerte pues estoy alojado en el Downtown. De precio ni hablamos. Pero prefiero eso que coger un coche desde lejos y pelearme para buscar sitio, aparcar, etc..;
Cuando paseo la calle está vacía, y así debe estar siempre, pues Omaha está literalmente en medio de la nada, recordándonos la historia que lo ha puesto en el mapa, la historia de los cazadores de pieles primero, de la conquista del oeste y su caravanas después y de la construcción del ferrocarril finalmente.
Omaha fue, desde que los europeos vagabundean por América, un lugar de paso. El mejor lugar por el que cruzar el río Missouri, uno de los ríos más importantes del continente y, de hecho, el más largo de Norteamérica. En este lugar un “brother” construyó un paso para el río y así nació Omaha. Un asentamiento para el intercambio en el que se instalaron vendedores de todo tipo de enseres útiles para los exploradores que corrían de un lugar a otro.
En este remoto lugar situó Lincoln el inicio por el este de la línea de ferrocarril que uniría el este y el oeste en la Ley de la Pacific Railroad, dándole a Omaha sus días de oro, que se apagaron hace mucho tiempo. Y hasta este lugar, por insospechados porqués, llegó el bisabuelo de Warren Buffett para instalar una tienda de ultramarinos y enseres en general, la típica tienda que vemos en las películas del oeste que te vende desde un queso hasta ropa o una pala para buscar oro.
Aquí nació Warren Buffett, nieto de tenderos e hijo de un congresista y agente de bolsa local, y aquí decidió vivir e instalar su empresa tras su paso por Washington, Chicago, etc. “Viviré en mi pueblo” , se dijo, ( al margen del tan famoso “seré millonario”) Así que los que queremos verle debemos venir hasta aquí. A su pueblo. Donde he venido yo y otros miles de personas más. A este lugar perdido en medio del oeste. A la nada. A Omaha.
Con todo esto en mente y tras media hora de paseo llego hasta el palacio en el que se celebra la reunión. Ya está lleno de gente. Me pongo en la cola con un montón de amigos españoles que han llegado antes que yo y andan guardando sitio, y así esperamos hasta las 7.
A esa hora abren las puertas y se produce la locura. Esto es Wembley un día cualquiera en un concierto de U2. Corremos para coger sitio y lo conseguimos. Una fila muy larga para los 15 españoles que estamos aquí. El estadio es enorme. Ahora solo toca esperar.
Lo primero que sucede es que ponen un vídeo. Me han dicho que es el momento más esperado. Es un vídeo que está prohibido grabar, fotografiar o reproducir, y dicen que sale Buffett haciendo cosas divertidas con gente conocida. Es verdad. Hay un par de gags graciosos. Pero el 90% del vídeo es publicidad de las subsidiarias de BH. Para mí una gran decepción y algo para pensar.¡Qué diferente es América¡
Tras ver este vídeo y la feria con productos de las subsidiarias de BH que han puesto en el piso de abajo del evento, una feria atestada de gente comprando todo tipo de cosas, dulces de See’s Candies con la cara de Buffett y Munger, libros, muebles, pero también aspiradoras, camisetas de Fruit of the loom, botas, una autocaravana, etc, y tras enterarme que en esta feria venden millones de dólares, entiendo más este tinglado. Esto está preparado para vender.
Por eso todo el mundo está invitado a este evento. Por eso esta performance de Warren y Munger hablando durante tantas horas. En fin. No me parece mal. En América nadie se asusta de vender descaradamente. Pero bueno. Me sorprende.
Por otro lado, es de admirar el esfuerzo de Buffett y Munger al contestar preguntas durante 6 horas con esas edades. Todo un reto. No todo el mundo sería capaz. Y, sobre todo, tendría las ganas de hacerlo.¿Lo haría yo?
A partir de aquí la preguntas. El contenido. Lo que todas las webs publican. Las perlas de sabiduría que estos genios saben destilar.
No diré mucho sobre esto, se puede leer en todas partes, pero incidiré en las reflexiones que me han venido a la cabeza en estos días.
A Buffett se le ve en muchos sitios como un inversor en bolsa genial. Y lo es. Y se le intenta emular desde la gestión de fondos o del pequeño o gran patrimonio familiar o personal pensando que así empezó él y que así construyo Berkshire. Esto es un grave error.
Él empezó así, pero no es lo que hace BH.
BH hace algo que en España no es legal y, por lo tanto, es imposible de emular. BH gestiona el balance de su subsidiarias aseguradoras y eso le permite obtener un capital entrante continuo ya suba o baje la bolsa, al contrario de los que sucede cuando gestionas un fondo (cuando la bolsa baja la gente se va en vez de entrar) o tu propio dinero, te quedas comprado y esperas.
Este punto le permite pone en práctica lo que realmente es más rentable al invertir. Hacerlo e sistemáticamente olvidándote de lo que sucede en el mercado, con un dinero que entra continuamente en tu cuenta.
Que felices serían los gestores de fondos si supieran que incluso cuando baje la bolsa, cuando se produzcan las mejores oportunidades, les seguirá entrando dinero para comprar, para invertir. Nada mas lejos de la realidad.
El ejemplo para ver la fuerza de ésta entrada de liquidez continua es la idea que todo ahorrador debería realizar. Invertir una parte del sueldo todos los meses, pongamos 100 euros, en un fondo activo de calidad o en un ETF del SP500. Hagan los cálculos de los que pasa a 20 años. Se sorprenderán.
Gran parte del éxito de BH radica en este secreto, la constante entrada de liquidez para invertir proveniente de las pólizas de las aseguradoras. Esto no le quita mérito, en realidad es genial. Y además luego hay que saber qué comprar, algunos habrían montado el fiasco nacional. Pero es claro que Buffett no es repetirle desde un fondo de inversión.¿ Lynch? Lynch sí.
El otro tema es que, conociendo el portafolio de Buffett, se ve cómo trabaja la psicología humana. Nadie se va en realidad muy lejos de casa. El padre de Buffett era broker y me parece la única manera de entrar en ese mundo a los 11 años en los años 30. Y si estudias sus subsidiarias, hay muchas empresas desconocidas para el gran público que tienen sus ventas en el Oeste americano, y que tienen mucho que ver con la historia de Buffett y de Omaha.
Por ejemplo BH tiene tiendas multiproducto (como su abuelo) y marcas de ropa, botas, caravanas, chocolates, periódicos (la madre de Buffett trabajó en uno y el repartió también muchos de ellos) Y Coca-Cola, que nada sorprende cuando sabes que la Pepsi era la bebida favorita de Warren desde pequeño. Se compró su bebida.Y por supuesto el Tren, ¿No fue y es Omaha importantísima en la historia del ferrocarril americano?Parece como si su historia y su pueblo le hubieran proporcionado las ideas.
Todo esto no quiere decir que yo no admire el trabajo de Buffett, al revés, para mi es un genio y una de las personas de las que más intento aprender en el mundo de los negocios y la inversión, no solo por su éxito, sino por sus formas, su ideas, su trayectoria y su generosidad y ganar de transmitir sus conocimientos El Value investing no sería lo que es sin su trabajo de divulgación.
Y si, realmente me da gusto ver cómo BH es un negocio construido con tiempo, sin prisa, sin pensar en el corto plazo:, como dice el propio Buffett con un símil del Beibol, “esperando la buena bola para batear”, cocinando a fuego lento. Eso me encanta. Sobre todo hoy que todo es Start ups y la busca del dorado en poco tiempo.
En realidad siempre han convivido los dos mundos. Un día se llama pelotazo inmobiliario, otro el mundo de los Yuppies de los 80 y sus inversiones financieras, hoy se llama bitcoin o Start up: programa, diseña, y vende por muchos millones. A mi todo eso no me gusta mucho.
Todo eso pone el éxito por delante de las personas y por delante de casi todo. Yo soy mas de construir un negocio sólido a largo plazo. Un negocio que, aunque me lo quisieran comprar, yo no lo vendiera, pues me surgiera la pregunta ¿y qué voy a hacer mejor en mi vida que ir a trabajar con la gente que lo hago y en el proyecto que lo hago? No puedo vender mi vida.
Solo si trabajas así estas en el sitio adecuado. Lo demás es “coge el dinero y corre”. No es para mi.
Igual nunca soy capaz de construir ese negocio, o igual todas mis reflexiones están equivocadas y son simplemente eso, las reflexiones de Lorenzo en un viaje a Omaha. Pero esto es lo poco que me ha nacido pensar en este viaje. Debo estar mayor.
Por cierto, la cita del título “figure out what works and do it” es una cita que recordó Charlie Munger y es lo que siempre decía uno de los más grandes genios de los negocios del todos los tiempos, Lee Kuan Yew, el que construyó lo que hoy es Singapoure, la ciudad estado más rica del planeta. Yo estuve allí hace unos meses y me impresionó, te deja con la boca abierta y desmonta muchos mitos de los estados-nación europeos. (pero eso es para otro artículo)
El mantra es simple pero al mismo tiempo de una profundidad espeluznante, como las cosas más grandes de la vida, como la compleja simplicidad del TAO. “descubre lo que funciona y hazlo“ Yo me pongo humildemente a la tarea, ¿y tu?